miércoles, 2 de diciembre de 2015

Nada




Totalmente loco estuve, con diesiseis años y tan enamorado, contaba los segundos para estar contigo, no tuve dominio de mis emociones, no controlaba sonrisas o tristezas, llegaste tú a hacerme feliz, a enseñarme a amar con todo lo que había en mi ser. Me enamoré de ti.

Y fui feliz por ti y gracias a ti, pero como todo en la vida la promesa de un para siempre fue un destello de luz, que como se encendió, se apagó, y sufrí mucho porque amarte y no tenerte dolía, jamás te mentí sobre ello y lo nuestro murió, sentí que te daba igual porque nunca dijiste nada, y quede en el vacío con tus "te amo" momentáneos. Me quebraste rotundamente el corazón con razones vagas, pero avancé con la cabeza al frente, sin querer verte más.


Me quedé sin nada, tratando de resolver el misterio, las dudas, el vacío, la oscuridad, envenenándome de negatividad y de extrañarte, yo terminé lo que empezaste, destruirme más... Sin embargo heme aquí, lo superé, y seguí mi vida, admitiendo hoy en día que la experiencia fue de extremo a extremo, tal vez sí en aquel momento hubiese tenido la madurez de hoy habría manejado mejor las cosas, pero ¿sabes? Algunas veces me siento maldecido pues a través de ello perdí la seguridad en mí y sigo en un agujero negro, y sí, trabajo en ello.


No te escribo directamente a ti, sino todo lo que pude haberte dicho en el pasado, es gracioso se qué nunca leerás esto, porque no cambiaría nada, muchos días esperé una disculpa, pero ya no hace falta, igual ya te he disculpado, pues ya sané. Y aunque se te haya olvidado quererme, yo sigo viviendo y tu también, por suerte todo terminó antes de consumirme en la pérdida de eso en mi que te llevaste...



Pero igual me quedé sin nada. Y hoy en día me perturba haberme perdido a mi por ti. 

No hay comentarios. :

Publicar un comentario